Dios Es Un Stalker

El Amor Divino y Obsesivo en 'Dios Es Un Stalker' de ROSALÍA

La canción "Dios Es Un Stalker" de ROSALÍA presenta una narrativa intrigante y provocativa que juega con la idea de un amor omnipresente y casi divino. La letra describe a un narrador que sigue a su objeto de deseo de manera constante, como una sombra que nunca se aleja. Esta metáfora de ser una sombra sugiere una presencia constante y silenciosa, que observa y acompaña sin ser notada. La canción utiliza el término "stalker" para describir esta vigilancia, lo que añade un matiz de obsesión y devoción extrema.

ROSALÍA, conocida por su estilo innovador que fusiona flamenco con pop y otros géneros contemporáneos, utiliza en esta canción una mezcla de imágenes religiosas y cotidianas para explorar el tema del amor incondicional y la obsesión. La referencia a "intervención divina" y "omnipresencia" sugiere que el narrador se ve a sí mismo con un poder casi celestial, capaz de influir en la vida de su amado sin ser visto. Esta dualidad entre lo divino y lo humano crea una tensión interesante, donde el amor se convierte en una fuerza poderosa pero también agotadora.

El uso de metáforas como "el laberinto del que no puedes salir" y "carrera con el tiempo" refuerza la idea de que este amor es inescapable y eterno. La canción también refleja una lucha interna del narrador, que está "malacostumbrá'" a ser omnipresente y se siente agotado por esta constante vigilancia. Sin embargo, a pesar de este cansancio, el deseo de "enamorar" y "secuestrar" el corazón del amado persiste, mostrando una determinación inquebrantable.

En "Dios Es Un Stalker", ROSALÍA nos invita a reflexionar sobre los límites del amor y la obsesión, y cómo estas emociones pueden ser tanto divinas como destructivas. La canción plantea preguntas sobre la naturaleza del amor verdadero y hasta dónde estamos dispuestos a llegar por aquellos que amamos.