El que toca nunca baila

La Melancolía del Músico en 'El que toca nunca baila'

La canción 'El que toca nunca baila' interpretada por Soledad, conocida artista argentina del folclore, se sumerge en la vida y las emociones de los músicos folclóricos. La letra refleja una mezcla de orgullo y melancolía inherente a la vida de aquellos que dedican su arte a la música, particularmente en el contexto de las fiestas y celebraciones tradicionales.

La referencia al 'fuelle', que es el acordeón, y su deseo de 'bailar' personifica al instrumento, dándole vida y expresando el anhelo del músico de participar en la festividad más allá de su rol de intérprete. La imagen de Don Cayetano Salusi bailando en medio del aguacero y levantando un polvaderal evoca la pasión y la energía que se desprenden en el baile, contrastando con la quietud del músico que toca.

La frase 'El que toca nunca baila', atribuida al Payo Solá, refleja una verdad amarga sobre la separación entre el ejecutante y los participantes de la fiesta. Mientras el músico proporciona la atmósfera y el ritmo para los demás, él mismo se queda al margen de la celebración física del baile. La canción termina con una nota de resignación, donde el 'opa Batata' sueña con bailar la zamba, pero al despertar se da cuenta de que su realidad es ser el bombo, el que marca el compás pero no participa del baile.