The Evagenlist

El Evangelista

Las pastillas para dormir pueden mantenerte adormecido, alejar la angustia y sentir pero nada
Aún por encontrar un cierre total para los terrores del pasado, un hombre entristecido finalmente entró
al hospital por fin

La novena puerta a la izquierda, todas las respuestas a lo que lo mantuvo ebrio todos
esos años
Un suave golpeteo pero sin respuesta, vaciló por un segundo luego giró la perilla
y entró

Frente a él, una cama bien hecha, en ella una mujer durmiendo, él tomó una silla
Tan frágil y tan desamparada, tomó su mano y la sostuvo y le susurró al oído

Edward
“Mi querida Sra. Sinclair, eres mi madre y una puta malvada
¿Cómo pudiste dejarme allí en esa vieja iglesia, por qué?

Mis primeros recuerdos vagos de Padre Dorian y yo de rodillas
Él robó mi niñez temprano, él y los otros sacerdotes
Mientras predicaba yo era sucio y necesitaba ser purificado

Bautizó mi joven rostro con semen húmedo cada noche mientras las lágrimas corrían
Alternando con azotes violentos en nombre de Dios, yo era un niño de vergüenza.

Dorian, sodomizó mi cuerpo débil e infantil
La cruz entró en mi trasero violado y me abrió
Esos dientes amarillos aún persiguen mis sueños

Encerrado de la luz del día dentro de un sótano, me mantuvo encerrado hasta que anheló placer
Sé que la luz de Dios brilla pero esta alma ultrajada nunca verá un cielo
estoy seguro de eso

Mi querida Sra. Sinclair, eres mi madre y una puta malvada
¿Cómo pudiste dejarme allí en esa vieja iglesia, por qué?

Entonces una noche noté que se le olvidó cerrar las puertas y vi mi oportunidad
Me escabullí y corrí, aire brumoso, oscuro amanecer, la hierba estaba mojada
Había estado allí por tanto tiempo, no seguro de mi edad, el malvado Padre D. que arda en el infierno
Debes morir, oh perra rencorosa, me pusiste allí.”

Lentamente abrió los ojos y lo miró en silencio al principio
Sintió que apretaba su mano, la arrugada vieja bruja

Sra. Sinclair
“Mi querido chico, mi querido Edward, déjame contarte de tu pasado
Por favor hijo, cálmate, siéntate y escúchame

Nací donde creciste, hija de Padre Dorian
Su linaje corre profundo, más profundo de lo que puedas imaginar

Noche tras noche me robaba el orgullo
Complaciendo su necesidad, un hijo de su raza que nunca pudo sonreír
En lugar de jugar con una muñeca tuve que jugar con él
En mi boca aún puedo saborear su piel salada y venosa

Apenas fértil pero violada diariamente, su semilla sagrada
Finalmente mi útero femenino logró quedar embarazado
Mi padre, mi amante ahora me había convertido en madre
Mientras él entregaba a mi bebé lloraba a Dios

Dejé la iglesia justo después de que naciera mi bebé
Fui reemplazada por mi hijo para ser el juguete de mi padre
Ese juguete eras tú querido Edward y me alegra haberte dejado allí
El amor de nuestro Padre por sus hijos nunca puede ser comparado.”