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Partner In Crime
The Gentle Waves
Partner In Crime
It happened in the summer, not so very long ago.
It was so warm and humid Elsie would go down to the old wood and pray for
the wind to come.
She had a friend who swore you could evoke the angels simply by prayer.
She said "There are angels for every desire but you must believe, you have
to believe."
So by the time the sun was buried along with the stale air a plan had
formed very clearly in her mind.
She was a lonely girl of around twenty or so, and as she knelt down to pray
in the old wood under the town, her heart would beg and plead:
I desire a partner in crime
I've grown tired of endless crying
I desire a partner in crime
I've grown tired of endless crying
Crying for nothing
And the roses hung their weary heads like people do when they are heavy
and without hope. The seasons passed January, February under the trees
and there were tulips amongst the firs. Elsie was twenty-three twenty-four
twenty-five and the underpass was dark and dense with light at the seams
where the trees were broken and the branches were reaching out for they
had witnessed her prayers, and there was promise in the wind, a promise
of better things.
I desire a partner in crime
I've grown tired of endless crying
I desire a partner in crime
I've grown tired of endless crying
Crying for nothing
The years flowed on and on like the wine that celebrated marriages of
friends and sisters. Elsie began to think that even if her wish
materialized she could not sacrifice a life that was so familiar: Lonely,
sad with an almost religious quality.
She remembered times spent in the old wood deep in prayer. Aching,
begging - thinking her heart might burst. Her friend had moved away
unannounced. She'd disappeared. There was no belief. And longer and
longer there was less to give. Less love to give. Of course there'd been
lovers but nothing close to what she'd hoped for. Before she'd felt electricity
swelling in her palms - but not now. Limp and hopeless life continued but
it wasn't really living. All she'd ever dreamed wished and yearned for had
been stolen and shot down:
And the sky it echoed a warning
And eternity was calling
And the sky it echoed a warning
And eternity was calling
Calling for nothing
Cómplice en el Crimen
Sucedió en el verano, no hace mucho tiempo.
Era tan cálido y húmedo que Elsie solía ir al viejo bosque y rezar para que llegara el viento.
Tenía una amiga que juraba que podías invocar a los ángeles simplemente rezando.
Ella decía 'Hay ángeles para cada deseo, pero debes creer, tienes que creer'.
Así que para cuando el sol se había ocultado junto con el aire viciado, un plan se había formado muy claramente en su mente.
Ella era una chica solitaria de unos veinte años más o menos, y mientras se arrodillaba para rezar en el viejo bosque bajo el pueblo, su corazón suplicaba y rogaba:
Deseo un cómplice en el crimen
Estoy cansada de llorar interminablemente
Deseo un cómplice en el crimen
Estoy cansada de llorar interminablemente
Llorando por nada
Y las rosas inclinaron sus cabezas cansadas como lo hacen las personas cuando están cargadas y sin esperanza. Pasaron las estaciones de enero, febrero bajo los árboles y había tulipanes entre los abetos. Elsie tenía veintitrés, veinticuatro, veinticinco años y el paso subterráneo estaba oscuro y denso con luz en las costuras donde los árboles estaban rotos y las ramas se extendían porque habían sido testigos de sus rezos, y había una promesa en el viento, una promesa de cosas mejores.
Deseo un cómplice en el crimen
Estoy cansada de llorar interminablemente
Deseo un cómplice en el crimen
Estoy cansada de llorar interminablemente
Llorando por nada
Los años fluían y fluían como el vino que celebraba matrimonios de amigos y hermanas. Elsie comenzó a pensar que incluso si su deseo se materializaba, no podía sacrificar una vida tan familiar: Solitaria, triste con una calidad casi religiosa.
Recordaba los tiempos pasados en el viejo bosque rezando profundamente. Dolorida, suplicante - pensando que su corazón podría estallar. Su amiga se había ido sin previo aviso. Había desaparecido. No había creencia. Y cada vez había menos que dar. Menos amor para dar. Por supuesto, había habido amantes pero nada parecido a lo que ella había esperado. Antes había sentido electricidad creciendo en sus palmas - pero no ahora. La vida flácida y desesperanzada continuaba pero no era realmente vivir. Todo lo que alguna vez había soñado, deseado y anhelado le había sido arrebatado y derribado:
Y el cielo resonaba una advertencia
Y la eternidad estaba llamando
Y el cielo resonaba una advertencia
Y la eternidad estaba llamando
Llamando por nada
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