Jazzgossen

Chico de Jazz

Con caderas balanceándose rítmicamente,
nosotros los chicos hacemos nuestra entrada,
nuestros pantalones están impecables,
nuestro busto es noble,
por lo que nuestra postura es un tanto blasé.
Nuestra mirada ofrece pequeñas promesas cansadas,
a la audiencia de la calle Sturegatan,
pero ¿por qué de repente se calla,
la música de la banda de la guardia?
Sí, allí viene un chico,
con unos pantalones afilados como una navaja,
lleva zapatos de gamuza puestos,
y su pasatiempo es bailar jazz.
Es delgado y elegante en la cintura,
sonríe con picardía,
lleva un cinturón en su pequeña cintura,
y flequillo en la frente.
Él y otros chicos lindos,
que tienen delineador en sus párpados,
se deleitan con sus pequeños pasteles,
luego en el Royal a las cinco en punto.
Él camina con tacones altos,
como un experto en jazz,
y en pequeñas síncopas balancea,
su pequeño trasero.
Leí en viejas novelas,
que son tan aburridas,
que antiguamente se tenía fuerza bruta,
y se usaba una cota de malla.
Puaj, hablas de costumbres pasadas,
de la aspiración de la doncella a caballo,
pero la humanidad actual ha avanzado,
cuando nosotros, los humanos actuales, festejamos.
Sí, allí viene un chico,
con unos pantalones afilados como una navaja,
lleva zapatos de gamuza puestos,
y su pasatiempo es bailar jazz.
Es delgado y elegante en la cintura,
sonríe con picardía,
lleva un cinturón en su pequeña cintura,
y flequillo en la frente.
Él y otros chicos lindos,
que tienen delineador en sus párpados,
se deleitan con sus pequeños pasteles,
luego en el Royal a las cinco en punto.
Él camina con tacones altos,
como un experto en jazz,
y en pequeñas síncopas balancea,
su pequeño trasero.
Y en pequeñas síncopas balancea,
su pequeño trasero.
¡Wäh!