A Memorable Fancy 2

Una Fantasía Memorabe 2

(placas 12-13)
Los profetas Isaías y Ezequiel cenaron conmigo, y les pregunté cómo se atrevían a afirmar tan rotundamente que Dios les hablaba; y que, aunque en ese momento no pensaban que serían tan malinterpretados, y así ser la causa de la imposición. Isaías respondió: 'No vi a Dios, ni escuché a ninguno, en una percepción orgánica finita; pero mis sentidos descubrieron lo infinito en todo, y como entonces estaba convencido, y sigo confirmado, de que la voz de la honesta indignación es la voz de Dios, no me importaron las consecuencias, sino que escribí.' Entonces pregunté: '¿Una firme convicción de que algo es así, lo hace así?' Él respondió: 'Todos los poetas creen que sí, y en épocas de imaginación esta firme convicción movía montañas; pero muchos no son capaces de tener una firme convicción de nada.' Luego Ezequiel dijo: 'La filosofía del este enseñó los primeros principios de la percepción humana: algunas naciones sostenían un principio como origen, y otras otro; nosotros, los israelitas, enseñamos que el genio poético (como lo llaman ahora) era el primer principio y todos los demás meramente derivados, lo que causó nuestro desprecio hacia los sacerdotes y filósofos de otros países, y profetizamos que todos los dioses al final serían probados como originarios del nuestro y serían tributarios del genio poético; fue esto lo que nuestro gran poeta rey David deseaba con tanta fervor e invocaba de manera tan patética, diciendo que así conquistaba enemigos y gobernaba reinos; y amábamos tanto a nuestro Dios, que maldecíamos en su nombre a todas las deidades de las naciones circundantes y afirmábamos que se habían rebelado; de estas opiniones, el vulgo llegó a pensar que todas las naciones al final estarían sometidas a los judíos.' 'Esto', dijo, 'como todas las firmes convicciones, ha sucedido; pues todas las naciones creen en el código de los judíos y adoran al Dios de los judíos, ¿y qué mayor sumisión puede haber? Escuché esto con algo de asombro, y debo confesar mi propia convicción. Después de la cena, le pedí a Isaías que favoreciera al mundo con sus obras perdidas; él dijo que ninguna de igual valor se había perdido. Ezequiel dijo lo mismo de las suyas. También le pregunté a Isaías por qué se había ido desnudo y descalzo durante tres años. Él respondió: 'Lo mismo que hizo nuestro amigo Diógenes, el griego.' Luego le pregunté a Ezequiel por qué comía excremento, y se acostaba tanto tiempo de lado derecho como de lado izquierdo. Él respondió: 'El deseo de elevar a otros hombres hacia la percepción de lo infinito: esto lo practican las tribus norteamericanas, ¿y es honesto quien se resiste a su genio o conciencia por el bien de la comodidad o la gratificación presente? (placa 14) La antigua tradición de que el mundo será consumido por el fuego al final de seis mil años es verdadera, como he escuchado desde el infierno. Pues el Querubín con su espada llameante ha sido comandado a dejar su guardia en el árbol de la vida, y cuando lo haga, toda la creación será consumida y aparecerá infinita y santa, mientras que ahora parece finita y corrupta. Esto sucederá mediante una mejora del disfrute sensual, pero primero se debe eliminar la noción de que el hombre tiene un cuerpo distinto de su alma; esto lo haré imprimiendo en el método infernal, con corrosivos, que en el infierno son saludables y medicinales, disolviendo las superficies aparentes y mostrando lo infinito que estaba oculto. Si las puertas de la percepción fueran limpiadas, todo aparecería al hombre tal como es. Infinito. Pues el hombre se ha encerrado a sí mismo, hasta que ve las cosas a través de estrechas rendijas de su caverna.'