Noah and the Rain

Noé y la Lluvia

En el principio, Dios creó el Cielo y la Tierra.
Y la Tierra estaba desordenada y vacía,
y la oscuridad estaba sobre la faz del abismo.
Y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Y Dios dijo: '¡Que haya luz!'

Hace mucho tiempo, en los días de Noé hace unos 5000 años,
el hombre era malvado, la oscuridad reinaba, su poder parecía crecer.
Un mundo de pecado, ¿puedes imaginarlo, tan malo como podría ser?
Pero Noé conocía la verdad muy bien, porque Dios se la había mostrado,
el mundo estaba condenado.

Pero Dios vio que Noé era un hombre de fe, que deseaba servirle bien,
le dijo: 'Noé, tengo un plan para que salves tu alma del infierno;
construye un barco que será tu rescate de la extinción, la aniquilación,
y cuando destruya este mundo pecaminoso, este barco será tu única salvación.'

Noé esperó, Noé esperó,
esperó a que se cumpliera la voluntad de Dios.
Noé esperó,
confiaba en que el agua llegaría.

Y al igual que Noé tenemos un barco, una verdadera salvación:
En Jesucristo hay vida si crees en Él.
¡Eres liberado!

Él murió por ti, pagó tu precio, su vida fue el costo.
Dispuesto a sufrir y derramar su sangre, para que no te pierdas.
Pero resucitó, la muerte no pudo retenerlo, nos prometió regresar
y llevarnos al Cielo, a una nueva tierra, cuando este cruel mundo arda.

¡Y ahora esperaremos!
Esperaremos al Señor para que regrese de nuevo.
Esperaremos.
Así como Noé esperó por la lluvia