Prolog

Prólogo

Y los dioses observaron cómo los guerreros del trueno luchaban duro y valientemente en la
"batalla de metal". Sin embargo, querían desafiarlos una vez más. Esta prueba
fue llamada la "batalla de acero". Para ayudarlos en su búsqueda sagrada
se decidió otorgarles cuatro utensilios mágicos.

Así que los dioses llamaron al viejo enano y al poderoso mago y les contaron lo que
buscaban. El enano tomó la espada "Nothung", que alguna vez perteneció a "Siegfried
el cazador de dragones", forjó y moldeó de su acero cuatro grilletes de metal.
El mago creó el mismo número de amuletos de la piel de un demonio negro.
Luego tomó la sangre plateada de un unicornio muerto de la cual extrajo cuatro
runas mágicas, cada una empapada de poder natural.

El poder y la fuerza de un oso serían otorgados al portador del martillo
"muerte de gigantes", la velocidad de un halcón cazador al portador del arco
"cazador de corazones", la brutalidad de un lobo solitario al portador del hacha
"machacacraneos", y el rugido ensordecedor de un león negro al portador de la espada
"devorador de almas".

Luego el enano montó los grilletes de metal en los amuletos mientras recitaba
antiguas palabras de poder mágico. Luego los amuletos fueron presentados a los
señores dragón, quienes los llevaron a Midgard, hogar de los guerreros del trueno.
Recibieron este regalo y un poderoso poder recorrió sus venas. Era el
poder de la magia, la magia del acero.

De repente el trueno sacudió el silencio, el relámpago destrozó el techo del salón,
y los dos dioses más poderosos de Valhalla -Thor y Odín- se pararon en el escenario.
El dios del trueno levantó su martillo en alto. Odín lanzó su lanza hacia la
audiencia. Cualquier cobarde presente sabía ahora que la muerte era inminente. Desaparecieron
tan rápido como llegaron.

En un abrir y cerrar de ojos los guerreros del trueno conquistaron el escenario: Una vez más
cabalgarían lado a lado con su legión de perdición, bajo el signo del mago, hacia su próxima prueba
- la "batalla de acero"... Así que lucharon con el poder del metal y nuevamente fueron victoriosos.
Devoraron los corazones y derramaron la sangre de sus enemigos. Sus armas encontraron los corazones
de todos los engañadores y mentirosos, aplastando sus cuerpos en el suelo. Después de que la
"batalla de acero" terminó, el suelo estaba cubierto por un mar de sangre. A partir de ese día
los cuatro guerreros del trueno supieron que estaban eternamente unidos por el metal.