Allahu Allah

La Devoción y el Amor en 'Allahu Allah' de Abdurrahman Önül

La canción 'Allahu Allah' de Abdurrahman Önül es una profunda expresión de devoción y amor espiritual. La repetición constante del nombre de Dios, 'Allahu Allah', sirve como un mantra que refuerza la conexión del cantante con lo divino. Esta repetición no solo es una forma de alabanza, sino también una manera de meditación y reflexión sobre la grandeza de Dios. La estructura de la canción, con sus versos intercalados por el estribillo, crea un ritmo hipnótico que invita al oyente a un estado de contemplación y paz interior.

Los versos de la canción describen un estado de entrega total y sacrificio. Frases como 'Ömrüm bitirmiş viranemiyem' (Mi vida ha terminado, ¿soy un ruina?) y 'Aklın yitirmiş divanamiyem' (He perdido la razón, ¿soy un loco?) reflejan una sensación de pérdida y desesperación, pero también de rendición ante la voluntad divina. Esta dualidad entre la desesperación y la devoción es una característica común en la poesía sufí, donde el amor por Dios a menudo se describe como un fuego que consume y purifica al amante.

La metáfora del 'pervane' (polilla) que 'kanat vururum döner dururum' (bate sus alas y gira) es particularmente poderosa. La polilla, atraída por la luz, simboliza al devoto que se siente irresistiblemente atraído por la divinidad, incluso a riesgo de su propia destrucción. Este simbolismo se refuerza con la imagen de 'yaşlı gözlerim tutmaz dizlerim' (mis ojos llorosos, mis rodillas no me sostienen), que sugiere una entrega física y emocional completa. La canción culmina con la idea de que el amor y la devoción son un arco y una flecha ('Aşk oku yayda kemanemiyem'), donde el devoto es tanto el arco como la flecha, dirigido y lanzado por el amor divino.

'Allahu Allah' es una obra que encapsula la esencia del sufismo y la devoción islámica, utilizando metáforas y simbolismos que resuenan profundamente con aquellos que buscan una conexión espiritual más profunda. La música de Abdurrahman Önül, con su estilo melódico y repetitivo, complementa perfectamente el mensaje de la letra, creando una experiencia auditiva y emocional que trasciende lo mundano y se eleva hacia lo divino.