Llamando a La Mujer Acción

El Tiempo y el Amor en 'Llamando a La Mujer Acción' de Alejandro Sanz

Alejandro Sanz, en su canción 'Llamando a La Mujer Acción', nos presenta una narrativa que gira en torno a la espera, el paso del tiempo y la conexión emocional entre dos personas. La letra comienza con una reflexión sobre el tiempo, descrito como un 'cobarde' que corre sin detenerse. Esta personificación del tiempo establece el tono de urgencia y ansiedad que permea la canción. La mención de 'la mujer acción' sugiere una figura dinámica y decisiva, alguien que contrasta con la pasividad del tiempo que simplemente pasa.

La canción describe la preparación y la anticipación de un encuentro, con detalles cotidianos como la ducha, el maquillaje y la revisión de correos electrónicos. Estos elementos cotidianos se entrelazan con la espera y la impaciencia, creando una sensación de realismo y cercanía. La repetición de la consulta al reloj subraya la tensión y la preocupación por llegar a tiempo, mientras que la imagen de salir sin atarse los cordones simboliza la prisa y la urgencia de no perderse el momento.

A medida que avanza la canción, la espera se prolonga y el tiempo sigue su curso implacable. La lluvia y el invierno se convierten en metáforas de la soledad y la incertidumbre. La espera en el bar, la conversación con el bartender y la observación de la lluvia refuerzan la sensación de aislamiento y la esperanza de un encuentro que parece cada vez más lejano. La canción concluye con una resignación melancólica, aceptando que el tiempo sigue su curso y que las oportunidades pueden desvanecerse, pero dejando abierta la posibilidad de un nuevo encuentro en el futuro.