Epitafium dla Krzyœka

Epitafio para Krzyœka

En seis cuerdas encerrada la música,
En seis cuerdas el amor y el dolor,
En seis cuerdas cerraba su cielo,
Desde los lagos y campos de Masuria...

En seis cuerdas escritos los sueños,
En seis cuerdas la alegría y la ira,
En seis cuerdas un poema rockero
Y ese amor por una de las Ewas...
Él amaba la vida como un loco,
Caminaba por el parque con el otoño,
Persiguiendo con el amanecer la felicidad de los ruiseñores,
Inclinó la cabeza sobre la cruz blanca...

Atracaba en los puertos de los sueños humanos,
Amaba con avidez, vivía rápido,
A veces alguien en el bar le preguntaba,
Bueno, viejo, ¿dónde has estado...?
En seis cuerdas encerrada la música...

Demasiado rápido llegó a esa puerta,
Detrás de la cual no hay otros caminos,
Ni siquiera tuvo tiempo de tomar la guitarra,
Seguramente la habría llevado si hubiera podido...
La conclusión no cantada de la vida,
El último acorde del gran juego,
Basta con unas notas para recordar,
Que aquí hubo alguien como tú...