Die Banane

La Banana

No nos conocíamos desde hace mucho tiempo, por eso estaba nervioso - antes
de encontrarme con ella.
Ella era una chica soñadora, no una tonta y
estúpida - salimos a pasear.
Una cena a la luz de las velas - romanticismo
y vino - así debería ser.
El vino no estaba mal, bromeamos y reímos - mi encanto fue probado.
La cena fue
realmente genial, para terminar con una taza de café, algo de fruta.
Nuestra felicidad floreció - pero luego ella peló...

peló - un plátano, mi cerebro de repente se convirtió en crema. Oh,
bebé, ella comió - el plátano, en lugar de romanticismo solo quedaron sentimientos
vulgares en mí.

Perdí el control, empecé a ruborizarme - mi frente estaba
empapada de sudor. Ella comió lentamente y con cuidado, la vista era
magnífica - al parecer se estaba divirtiendo. Así que pedí rápidamente - más
plátanos, todos los plátanos del mundo.

Ya no hablaba de manera pomposa (oye, amigo, ahora voy a buscar
mujeres, ¿entiendes?), la saliva goteaba de mi barbilla. Con disgusto me dejó
sentado - empecé a sudar, babeaba para mí mismo. Nunca la volví a ver - pero en mis sueños ella sigue pelando...

Las mujeres comen plátanos, sin darse cuenta de las consecuencias; para ellas
es solo alimentarse, para el hombre es un anuncio de felación.

Sí, bebé, come el plátano, mi cerebro ya es solo crema, sí
bebé, come el plátano, al diablo con el romanticismo, aquí solo reina la lujuria
vulgar en mí.