Where The Devil Don't Go

El Refugio en la Oscuridad: Análisis de 'Where The Devil Don't Go' de Elle King

La canción 'Where The Devil Don't Go' de Elle King es una poderosa declaración de independencia y resistencia en un mundo hostil. Desde el primer verso, la cantante establece un tono desafiante, pidiendo ser llevada a un lugar donde ni siquiera el diablo se atreve a ir. Este lugar, que ella llama su hogar, simboliza un refugio personal, un espacio donde puede ser auténtica y libre de las expectativas y juicios externos.

La letra está impregnada de imágenes religiosas y referencias al bien y al mal. King menciona que el 'buen señor' le ha dado la espalda, mientras que Lucifer, el símbolo del mal, la liberará. Esta dicotomía sugiere una lucha interna y una crítica a las normas religiosas y sociales que no le han brindado consuelo ni justicia. En lugar de encontrar redención a través de la oración y la conformidad, la cantante encuentra su fuerza en la rebelión y la autoaceptación, incluso si eso significa alinearse con figuras tradicionalmente vistas como malévolas.

El estribillo recurrente, 'It's a mean world that I've known, never got no good doing what I'm told', refuerza la idea de que el mundo es cruel y que seguir las reglas no le ha traído ningún beneficio. En cambio, King elige forjar su propio camino, uno que puede ser oscuro y solitario, pero que es auténticamente suyo. La canción, con su mezcla de blues y rock, refleja la crudeza y la intensidad de esta lucha, convirtiéndose en un himno para aquellos que se sienten marginados y buscan su propio lugar en el mundo, lejos de las convenciones y expectativas impuestas.