Volta La Carta

El Ciclo de la Vida en 'Volta La Carta' de Fabrizio De André

La canción 'Volta La Carta' de Fabrizio De André es una obra rica en simbolismo y metáforas que explora el ciclo de la vida y las inevitables transformaciones que ocurren en ella. La estructura de la canción, con su repetitivo 'volta la carta' (gira la carta), sugiere un juego de cartas en el que cada vuelta revela una nueva faceta de la vida, desde la siembra del grano hasta la guerra, pasando por el amor y la pérdida. Este recurso literario subraya la naturaleza impredecible y cambiante de la existencia humana.

Uno de los personajes centrales de la canción es Angiolina, una figura femenina que atraviesa diversas etapas y experiencias. Desde caminar con sus 'scarpette blu' (zapatitos azules) hasta trenzar su cabello con hojas de ortiga y contar una cadena de huesos de melocotón, Angiolina representa la resiliencia y la capacidad de adaptación ante las adversidades. Su historia de amor con el carabinero, que desaparece al girar la carta, simboliza la fugacidad de las relaciones y la constante presencia de la pérdida en la vida.

La canción también introduce otros personajes y situaciones que enriquecen su narrativa. El niño que roba cerezas y plumas de pájaro, el piloto rubio con su sonrisa de atleta, y Madamadorè, que ha perdido a sus hijas y paga el rescate con 'borse degli occhi' (bolsas de los ojos) llenas de fotos de sueños interrumpidos, todos ellos contribuyen a la complejidad del mensaje. Estos personajes y sus historias reflejan las diversas facetas de la vida, desde la inocencia y la aventura hasta la tristeza y la nostalgia. Al final, Angiolina se viste de novia y canta victoria, llamando a los recuerdos por su nombre y terminando en gloria, lo que sugiere una aceptación y celebración de la vida en todas sus formas.