Subir, Subir

El Viaje Infinito de Hilario Camacho: Un Ascenso Espiritual

La canción 'Subir, Subir' de Hilario Camacho es una oda a la trascendencia y la búsqueda de un estado superior de conciencia. Desde el primer verso, el artista nos sitúa en un lugar donde no existe la gravedad, un espacio metafórico que representa la liberación de las ataduras terrenales y las preocupaciones mundanas. Este lugar de serenidad y felicidad es el destino de un viaje que siempre ha sido ascendente, un viaje que simboliza el crecimiento personal y espiritual.

El estribillo de la canción refuerza esta idea de ascenso continuo. Camacho habla de salir cada noche con la Luna y alimentar el vicio de soñar, sugiriendo que sus aspiraciones y sueños son lo que lo impulsan a seguir subiendo. La Tierra, vista desde esta perspectiva elevada, se vuelve pequeña e insignificante, lo que podría interpretarse como una crítica a la superficialidad de la vida cotidiana y una invitación a buscar algo más grande y significativo. La insistencia en que su viaje no tiene final subraya la idea de que la búsqueda de la trascendencia es un proceso interminable.

La imagen de la 'espada de luz' y el 'camino azul' añade una dimensión casi mística a la canción. Estas metáforas pueden interpretarse como herramientas y guías en su viaje espiritual, elementos que le permiten seguir subiendo sin cesar. La repetición de la frase 'mi viaje siempre fue subir, subir' actúa como un mantra, reforzando la determinación del artista de no descender nunca a las preocupaciones terrenales. En conjunto, 'Subir, Subir' es una canción que invita a la reflexión sobre la naturaleza de nuestras aspiraciones y la importancia de buscar siempre un estado superior de ser.