Soy un circo

El Circo de la Vida: Un Viaje Poético y Melancólico

La canción 'Soy un circo' de Horacio Ferrer es una obra que utiliza la metáfora del circo para explorar la complejidad de la vida humana, sus alegrías, tristezas y contradicciones. Ferrer, conocido por su colaboración con Astor Piazzolla y su habilidad para mezclar poesía y música, nos presenta una narrativa rica en simbolismo y emoción.

Desde el inicio, el narrador se presenta como un payaso, una figura que tradicionalmente representa la alegría y el entretenimiento, pero que aquí también encarna la tristeza y la melancolía. La frase 'Soy un payaso que no pintó Picasso' sugiere una vida de anonimato y mediocridad, en contraste con la grandeza y el reconocimiento. El narrador se describe como un circo entero, capaz de desempeñar múltiples roles, lo que refleja la versatilidad y la carga emocional que lleva para aliviar la tristeza de su 'amigo del alma'.

La canción también aborda temas de redención y resiliencia. La línea 'También la ternura de un bello fracaso redime en la tragedia griega de vivir' sugiere que incluso en el fracaso y la tragedia, hay una belleza y una redención que se pueden encontrar. La referencia a figuras como Don Quijote y Buster Keaton añade una capa de profundidad, evocando imágenes de lucha contra la adversidad y la búsqueda de la felicidad a pesar de las circunstancias.

Finalmente, la canción cierra con una nota de esperanza y renovación. La imagen del circo que se va, dejando atrás un 'mágico alboroto de cariños', simboliza el ciclo de la vida y la capacidad de encontrar alegría y consuelo en los momentos más oscuros. La muerte, descrita como 'su viejo número sin red', es una parte inevitable del espectáculo de la vida, pero el milagro de estar vivo y el equilibrio sobre 'un lirio de papel' sugieren una fragilidad y una belleza que hacen que la vida valga la pena ser vivida.