Awol

Desertor

Ojos tormentosos al borde del amanecer:
nariz presionada contra el triple cristal.
De piso a techo, de pared a pared,
el silencioso tráfico fluye en ambas direcciones.
A lo largo de la concurrida autopista, los conductores
sueñan con barbacoas de domingo.
De repente, parece que apenas
puedo enfrentarme a mí mismo: sin rostro que perder.
Llama a los jefes. Llama a los supervisores.
Hoy no estaré trabajando para ti.
Envía un correo a esa chica que trabaja de noche.
Ella puede vestirse informal para este viento y lluvia.
Deja su compacto coreano nuevo:
que algún taxista se haga cargo.
Toma una ducha. Toma un gran espresso.
Dirígete a las colinas, y contempla la vista.
Pequeño vestido negro estirándose sobre
duros picos de cristal: suaves valles también.
Llama a los jefes. Llama a las enfermeras.
Hoy no estoy en condiciones de trabajar para ti.
Sin excusas mojadas. Ausente sin permiso.
Seré su conductor de turno de día: ingeniero exótico.

Ojos tormentosos al borde de la noche:
(diciembre, hora del este: tarde en la tarde.)
Atlantic City justo detrás.
Trump Casino llama al pontón.
Hamburguesa de carne, papas fritas chamuscadas
ponen fin a este interludio romántico.
El dulce despertar de mañana
difícilmente podría resultar tan grosero.
Haz el viaje. Haz las paces.
Trabaja algunas horas extras apresuradas en su lugar.
Sin excusas mojadas. Ausente sin permiso.
Seré su conductor de turno de día: ingeniero exótico.