Everything Must Go

La Transitoriedad de la Vida en 'Everything Must Go' de Jhené Aiko

En 'Everything Must Go', Jhené Aiko nos invita a reflexionar sobre la naturaleza efímera de la vida y las posesiones materiales. La canción comienza con una advertencia sobre la inutilidad de la venganza y la violencia, utilizando la metáfora 'no puedes luchar fuego con fuego' y la referencia bíblica 'ojo por ojo deja a todos ciegos'. Aiko sugiere que todos somos esclavos de nuestros deseos, controlados por lo que creemos necesitar, y nos recuerda que ella no es una figura divina, sino simplemente una persona más en este mundo, compartiendo su perspectiva.

El estribillo, repetido a lo largo de la canción, enfatiza la idea de que 'todo debe irse'. Aiko nos insta a olvidar todo lo que creemos saber y poseer, subrayando la impermanencia de nuestras creencias y bienes materiales. Esta idea se refuerza en la segunda estrofa, donde describe un escenario post-apocalíptico en el que solo quedan lo esencial: un chándal y un par de zapatos. A pesar de la falta de lujos, Aiko nos recuerda que la verdadera felicidad proviene de dentro, una lección que aprendió de su madre.

La canción concluye con la afirmación de que no podemos llevarnos nada material cuando nos vayamos de este mundo. Aiko nos anima a compartir esta verdad con los demás, subrayando la importancia de centrarse en lo que realmente importa: nuestra energía y alma. 'Everything Must Go' es una meditación sobre la transitoriedad de la vida y una llamada a valorar lo intangible y eterno sobre lo material y temporal.