Toque de Queda

La Soledad y la Melancolía en 'Toque de Queda' de Jorge Drexler

La canción 'Toque de Queda' de Jorge Drexler es una obra cargada de simbolismo y melancolía. Desde el primer verso, 'En tu propia fuente llorará la luna', se establece un tono de tristeza y soledad. La luna, un símbolo recurrente en la poesía, llora lágrimas de seda, lo que sugiere una belleza dolorosa y delicada. La bruma, que pesa en la soledad del toque de queda, refuerza la sensación de aislamiento y quietud que impregna toda la canción.

El segundo verso, 'La mano que toca queda suspendida', evoca una imagen de deseo y frustración. La mano, a punto de tocar, queda inmóvil, atrapada en un momento de espera. Este verso, junto con 'Gemido a gemido se abre la herida', sugiere una herida emocional que se profundiza con el tiempo. La noche, que cae por su propio peso, simboliza la inevitabilidad del paso del tiempo y la llegada de la oscuridad, tanto literal como metafórica.

En la última estrofa, Drexler introduce la idea del tiempo que vuelve a las casas 'como una humareda'. Esta imagen de humo que se infiltra por cada rendija sugiere la omnipresencia del tiempo y su capacidad para invadir todos los aspectos de la vida. La referencia a 'una lengua extraña' y 'otra lengua paga moneda a moneda' puede interpretarse como una alusión a la incomunicación y la transacción emocional en las relaciones humanas. Finalmente, 'Cada trapecista suelta su trapecio' refuerza la idea de riesgo y vulnerabilidad en la soledad del toque de queda.

'En la soledad del toque de queda' se repite como un estribillo, subrayando la temática central de la canción: la soledad y el aislamiento. Drexler, conocido por su habilidad para combinar poesía y música, utiliza esta canción para explorar las profundidades de la melancolía y la introspección, creando una obra que resuena con la experiencia humana de la soledad y el paso del tiempo.