Corrientes y Esmeralda (part. Alberto Echagüe)

La Nostalgia de una Esquina Porteña: Corrientes y Esmeralda

La canción 'Corrientes y Esmeralda' de Juan D'arienzo, con la participación de Alberto Echagüe, es una evocación nostálgica de una esquina emblemática de Buenos Aires. La letra nos transporta a principios del siglo XX, específicamente al año 1902, cuando la esquina de Corrientes y Esmeralda era un punto de encuentro para personajes pintorescos y situaciones vibrantes. La mención de 'guapos' y 'compadritos' nos remite a los hombres valientes y desafiantes de la época, que se enfrentaban en duelos de honor y destreza. La referencia a 'patotas bravas' sugiere la presencia de grupos de jóvenes que buscaban imponer su dominio en las calles.

La canción también describe la vida nocturna y el ambiente bohemio de la esquina, con menciones a bebidas como 'caña' y 'gin fizz', y juegos de azar como 'monte' y 'quiniela'. Estos elementos pintan un cuadro de una sociedad que busca escapar de la rutina diaria a través del alcohol y el juego. La letra menciona lugares icónicos como el Odeon y el Royal Pigalle, que eran centros de entretenimiento donde se escuchaban tangos y se vivía la vida con intensidad. La 'doliente anemia' que espera el tranvía para su arrabal refleja la realidad de aquellos que, a pesar de la diversión, enfrentaban una vida de dificultades y esperanzas truncadas.

La canción también rinde homenaje a figuras literarias y musicales que inmortalizaron la esquina de Corrientes y Esmeralda. Carlos de la Púa y Pascual Contursi son mencionados como poetas que capturaron la esencia de la vida porteña en sus versos. La referencia a Carlos Gardel, el ícono del tango, simboliza el sueño de muchos de alcanzar la fama y el reconocimiento. En resumen, 'Corrientes y Esmeralda' es una celebración de la cultura porteña, llena de nostalgia y admiración por una época pasada, donde la esquina era un microcosmos de la vida en Buenos Aires.