Cambalache

El Desencanto del Siglo XX en 'Cambalache' de Julio Sosa

La canción 'Cambalache', interpretada por Julio Sosa, es una crítica mordaz y desencantada del siglo XX. La letra, escrita por Enrique Santos Discépolo en 1934, refleja una visión pesimista y cínica de la sociedad, donde la moral y los valores parecen haber sido reemplazados por la corrupción y la hipocresía. Desde el inicio, la canción establece que el mundo siempre ha sido un lugar corrupto, pero enfatiza que el siglo XX ha llevado esta corrupción a un nuevo nivel, describiéndolo como un 'despliegue de maldá insolente'. La metáfora del 'merengue' y el 'lodo' sugiere un caos en el que todos están manchados y revueltos, sin distinción de clase o moralidad.

La letra continúa criticando la falta de distinción entre el bien y el mal, donde ser 'derecho' o 'traidor', 'ignorante' o 'sabio' es lo mismo. Esta igualdad moral es vista como una degradación, donde los inmorales han igualado a todos. La canción menciona figuras históricas y culturales diversas, desde Toscanini hasta Scarface, mezclándolos en una 'vidriera irrespetuosa' que simboliza la confusión y la pérdida de valores. La imagen de la Biblia llorando junto a un calefón es una poderosa metáfora de la sacralidad y la vulgaridad coexistiendo en un mismo espacio, reflejando la descomposición moral de la época.

El estribillo final de la canción refuerza la idea de que en este 'cambalache' del siglo XX, la honestidad y el trabajo duro no son valorados. La frase 'el que no llora no mama y el que no afana es un gil' encapsula la desesperanza y el cinismo de una sociedad donde solo los que se aprovechan de los demás parecen prosperar. La canción concluye con una resignación amarga, sugiriendo que en el 'horno' (una posible referencia al infierno o al destino final), todos se encontrarán, independientemente de su moralidad o acciones en vida.