Canto a Añatuya

El Alma de Añatuya: Un Canto a la Tradición y el Coraje

La canción 'Canto a Añatuya' de Los Manseros Santiagueños es una oda a la ciudad de Añatuya, ubicada en la provincia de Santiago del Estero, Argentina. La letra evoca imágenes de un pasado heroico y guerrero, donde la ciudad y sus habitantes se forjaron en medio de la adversidad y la lucha. La referencia a un 'pesebre de troncos' y 'quebrachos e itines' sugiere un entorno rústico y natural, donde la vida era dura pero auténtica. La 'criollita pobre' que nace en este contexto simboliza la humildad y la fortaleza de la gente de Añatuya, quienes, a pesar de las dificultades, se mantienen firmes y valientes.

La canción también hace alusión a las tradiciones y la historia de la región. Las 'viejas sandalias' y los 'golpes bravos del hacha' son metáforas de la resistencia y el trabajo arduo que caracterizan a los habitantes de Añatuya. La mención de 'malones' y 'salvajes' remite a las luchas históricas contra invasores, destacando el coraje y la determinación de la comunidad. Los Manseros Santiagueños, conocidos por su estilo folclórico y su profundo arraigo en la cultura santiagueña, utilizan estas imágenes para rendir homenaje a su tierra y su gente.

El estribillo, con su repetición de '¡Aleluyas, aleluyas!' y la celebración de la 'morenita añatuya', refuerza el orgullo y la identidad local. La canción no solo es un tributo a la ciudad, sino también una celebración de sus tradiciones y su espíritu indomable. La referencia a 'Salamancas agoreras' y 'repiques de bombo' añade un toque místico y cultural, evocando las leyendas y la música que forman parte del alma de Añatuya. En conjunto, 'Canto a Añatuya' es una poderosa expresión de amor y respeto por una tierra rica en historia y cultura, y un recordatorio de la importancia de mantener vivas las tradiciones y el espíritu comunitario.