Carey

La Nostalgia y la Libertad en 'Carey' de Joni Mitchell

La canción 'Carey' de Joni Mitchell es una oda a la libertad, la nostalgia y las experiencias vividas en un lugar que, aunque temporal, deja una huella profunda. La letra comienza con una referencia al viento que viene de África, situando al oyente en un ambiente exótico y lejano. Mitchell expresa su dificultad para dormir y su lucha interna entre quedarse en un lugar que no es su hogar y la necesidad de moverse. Este dilema se refleja en la suciedad de sus uñas y el alquitrán en sus pies, contrastando con su añoranza por la limpieza y el lujo de su vida anterior, simbolizados por el lino blanco y el perfume francés.

Carey, el personaje al que se dirige la canción, parece ser una figura ambivalente en la vida de Mitchell. Aunque lo describe como un 'mean old daddy', también muestra afecto y aprecio por él. La invitación a ir al Mermaid Café y compartir una botella de vino sugiere una relación de camaradería y disfrute mutuo. La canción celebra la vida bohemia y la comunidad de 'freaks y soldados', brindando por ellos y por el 'diablo rojo brillante' que la mantiene en este pueblo turístico. Esta imagen del diablo puede interpretarse como una metáfora de las tentaciones y las fuerzas que la retienen en un lugar que no es su hogar.

A lo largo de la canción, Mitchell menciona posibles destinos futuros como Ámsterdam o Roma, lugares que simbolizan nuevas aventuras y la posibilidad de un nuevo comienzo. Sin embargo, decide no hablar de despedidas y prefiere disfrutar del presente, bajo la 'cúpula estrellada' y la música rock'n roll que suena bajo la luna de Matala. La repetición de la invitación a Carey para que saque su bastón y la promesa de ponerse su mejor plata refuerzan la idea de vivir el momento y disfrutar de la compañía, a pesar de las imperfecciones y las dificultades. 'Carey' es, en última instancia, una celebración de la vida nómada, la amistad y la belleza de los momentos efímeros.