Mandamiento de Ódio

El Mandamiento de Odio: Un Grito de Rebelión y Desesperanza

La canción 'Mandamiento de Ódio' de Nebiros (Col) es una poderosa expresión de desesperanza, rechazo y rebelión. Desde el primer verso, el frío gélido que abraza al narrador, a pesar de estar ardiendo en llamas, simboliza una contradicción interna y un dolor profundo. Este dolor se manifiesta en un golpe inesperado que ha marcado su alma, dejándolo en un abismo de vacío y desolación. La letra refleja una profunda desilusión con el amor y la amistad, considerándolos falsos y vacíos.

La canción también critica duramente la religión y sus instituciones. El narrador no encuentra a Dios en el templo, solo miedo y silencio. Esta crítica se extiende al pastor y su rebaño, que en lugar de traer paz, han traído guerras. En este contexto, el narrador se siente maldecido, habitando en la oscuridad y el silencio. La figura de Lucifer aparece como una guía en este camino de rechazo y olvido, ofreciendo una alternativa al mundo y sus vicios, a los credos y oficios del hombre común.

El narrador decide llenar el vacío dejado por el mundo con odio, proclamando a Lucifer como su padre y el Black Metal como su honor y destino. La sangre derramada del cordero se convierte en un oscuro sacrificio, y su trono de fuego se construye sobre las cenizas de un Dios podrido. La canción culmina con un desprecio absoluto hacia el mundo y la humanidad, condenándolos al olvido y expresando un odio visceral hacia todo lo que representa la sociedad y sus valores. 'Mandamiento de Ódio' es, en esencia, un grito de rebelión y desesperanza, una declaración de independencia y rechazo hacia un mundo que el narrador considera despreciable y maldito.