El

La Dualidad de la Existencia en 'El' de Pedro Aznar

La canción 'El' de Pedro Aznar es una profunda reflexión sobre la dualidad de la existencia y la omnipresencia de una entidad superior, posiblemente Dios. La letra está cargada de simbolismo y referencias bíblicas, comenzando con la mención de los sentidos humanos y cómo estos perciben el mundo físico. Los ojos, el tacto y la luz son elementos que representan la conexión entre lo tangible y lo intangible, sugiriendo que esta entidad es tanto la luz como la oscuridad, lo visible y lo invisible.

Aznar utiliza una serie de metáforas para describir la omnipresencia de esta entidad. 'El es la luz, lo negro y lo amarillo' indica que esta fuerza es todo lo que existe, abarcando tanto lo positivo como lo negativo. La mención de 'incesantes ojos' que observan desde todas partes refuerza la idea de una vigilancia constante y omnisciente. Esta entidad no solo crea, sino que también es parte de cada una de sus creaciones, desde las raíces de un cedro hasta las fases de la luna, lo que sugiere una interconexión profunda entre el creador y su creación.

El final de la canción introduce una perspectiva personal con la mención de Caín, el primer asesino según la Biblia. Al decir 'Me llamaban Caín. Por mí el eterno sabe el sabor del fuego del infierno', Aznar parece explorar la idea del pecado y la redención, y cómo incluso los actos más oscuros son conocidos y comprendidos por esta entidad superior. Esto añade una capa de complejidad moral y existencial, sugiriendo que el bien y el mal son partes inseparables de la experiencia humana y divina.