Una Vez Una Flor

El Misterio del Amor y la Soledad en 'Una Vez Una Flor'

La canción 'Una Vez Una Flor' de Pedro Suárez-Vértiz es una profunda reflexión sobre el amor, la soledad y los misterios de la vida. La letra comienza con una flor que trepa hasta la ventana del narrador y le cuenta su dolor con las más bellas palabras. Esta flor, que podría ser una metáfora de una persona o un sentimiento, expresa su inutilidad y su amor por un ser que se eleva con las alas, posiblemente un ave. La flor se siente acompañada por la noche, pero durante el día todo cambia, lo que podría simbolizar la dualidad de la vida y las relaciones humanas.

El estribillo de la canción plantea preguntas existenciales que reflejan la incomprensión del narrador ante los misterios de la vida y el amor. La flor llora con el alba, la luz produce silencio y el narrador sueña con la mirada de alguien. Estas imágenes poéticas sugieren una profunda melancolía y una búsqueda de respuestas en un mundo que parece no tenerlas. La repetición de la pregunta '¿Dónde empieza la noche?' y '¿Quién queda cuando todos se van?' subraya la sensación de soledad y el deseo de entender el momento en que el silencio se rompe y se vuelve a juntar.

La canción también aborda la naturaleza del destino y el amor. El destino es descrito como algo muy distinto a lo que el narrador imaginaba, y el amor es visto como incorregible, con el riesgo de que un error pueda ser fatal. Esta visión pesimista del amor y la vida se equilibra con la idea de que un sentimiento es invencible, como una flor o una mirada. Sin embargo, el narrador confiesa que está triste y muriendo de nada, lo que refuerza la sensación de desesperanza y la lucha interna por encontrar sentido en medio de la confusión y la soledad.