Quereme... Tengo Frío

El Anhelo de un Amor Perdido en 'Quereme... Tengo Frío' de Sandra Mihanovich

La canción 'Quereme... Tengo Frío' de Sandra Mihanovich es una balada melancólica que explora el dolor y la soledad de una persona que anhela el amor perdido. La letra nos sitúa en una tarde fría, donde la protagonista espera ansiosamente la llegada de alguien especial. La espera se convierte en un ritual, rodeada de discos, libros y la radio, elementos que simbolizan el refugio en la nostalgia y los recuerdos compartidos. La repetición de la palabra 'Quereme' refleja una súplica desesperada por recuperar ese amor que le da sentido a su vida.

La metáfora del frío es central en la canción, representando la ausencia y el vacío emocional que siente la protagonista. La comparación del amor con elementos naturales como la tierra y el agua, o el mar y la mañana, subraya la necesidad vital y esencial de ese amor en su vida. La protagonista se encuentra perdida sin su amado, y el frío se convierte en una manifestación física de su desamparo emocional. La imagen de calentar agua que se enfría nuevamente simboliza la esperanza que se desvanece con el paso del tiempo y la ausencia del ser querido.

La canción también aborda la resignación y la aceptación dolorosa de la realidad. La protagonista se da cuenta de que su amado ya no está solo, lo que intensifica su sentimiento de soledad y desamparo. La luz en la ventana de su amado contrasta con la sombra desamparada en su propia ventana, simbolizando la diferencia entre la compañía y la soledad. La repetición de la súplica 'Quereme' al final de la canción enfatiza la desesperación y el deseo inquebrantable de ser amada nuevamente, a pesar de la realidad que enfrenta.