Prelude

Preludio

Escucha la historia de Sweeny Todd.
Su piel era pálida y su mirada extraña.
Afeitaba los rostros de caballeros
Que nunca más se volvieron a escuchar.
Siguió un camino que pocos han recorrido,
Lo hizo Sweeny Todd, El Barbero Demoníaco de Fleet Street.

Tenía una tienda en Londres
Con clientes elegantes y de buena reputación.
¿Y qué si ninguna de sus almas se salvó?
Iban con su Creador impecablemente afeitados por Sweeny,
Por Sweeny Todd, El Barbero Demoníaco de Fleet Street.

¡Agita tu navaja ampliamente, Sweeny,
Sosténla hacia el cielo!
Fluye libremente la sangre de aquellos que moralizan.

Sus necesidades eran pocas, su habitación estaba vacía:
un lavabo y una silla elegante,
una taza de espuma y una correa de cuero,
un delantal, una toalla, un balde y una escoba.
Por su pulcritud, merece un gesto de aprobación.
Lo merece Sweeny Todd, El Barbero Demoníaco de Fleet Street.

Sweeny era conspicuo,
Rápido y limpio era.
Detrás de su sonrisa, bajo sus palabras,
Sweeny escuchaba música que nadie más oía.
Sweeny reflexionaba y Sweeny planeaba,
Como una máquina perfecta planeaba.
Sweeny era astuto, Sweeny era sutil,
Sweeny parpadearía y las ratas se escabullirían.
¡Sweeny! ¡Sweeny! ¡Sweeny! ¡Sweeny!
Sweeny!

Escucha la historia de Sweeney Todd
Sirvió a un dios oscuro y hambriento
Lo que sucedió después, bueno, eso es la obra,
Y él no querría que reveláramos más. No Sweeney,
No Sweeney Todd, El barbero demoníaco de Fleet Street.