Not Done Yet

La Resiliencia en 'Not Done Yet' de Sticky Fingers

La canción 'Not Done Yet' de Sticky Fingers es una exploración profunda de la resiliencia y la lucha interna. Desde el inicio, la letra nos sitúa en un escenario occidental, donde el protagonista se encuentra en un viaje tanto físico como emocional. La imagen de 'subir al puente' para encontrarse con alguien sugiere un esfuerzo significativo y un deseo de conexión, a pesar de las dificultades representadas por los 'dedos ampollados' y el 'aire ardiente'. Este ambiente nostálgico y desgastado refleja un cambio en la percepción del protagonista sobre su entorno, indicando una pérdida de familiaridad y confort en su vida cotidiana.

A lo largo de la canción, el protagonista revela una lucha constante con la soledad y la desorientación. La frase 'Toda mi vida, tuve un sueño, me siento solo' encapsula un sentimiento de anhelo y aislamiento. Sin embargo, hay una aceptación de esta realidad, ya que el protagonista admite que 'no siempre significa lo que dice'. Esta ambigüedad en sus palabras sugiere una lucha interna entre lo que siente y lo que expresa, un conflicto común en la experiencia humana.

El estribillo, 'Pero no veré rojo, a pesar de lo que hay dentro', es una declaración de resistencia y control emocional. A pesar de las dificultades internas, el protagonista se niega a dejarse consumir por la ira o la desesperación. La repetición de 'No he terminado aún' refuerza esta idea de perseverancia y determinación. La canción concluye con una nota de esperanza y resolución, indicando que, a pesar de los desafíos, el protagonista sigue adelante, sin rendirse. Esta narrativa de lucha y resiliencia es un tema recurrente en la música de Sticky Fingers, conocida por su mezcla de rock, reggae y psicodelia, que a menudo aborda temas de lucha personal y redención.