Mi Vida de Borracho

La Tristeza y la Resignación en 'Mi Vida de Borracho' de Tony de La Rosa

La canción 'Mi Vida de Borracho' de Tony de La Rosa es una reflexión melancólica y resignada sobre la vida de un hombre atrapado en el vicio del alcohol. Desde el primer verso, el narrador admite que ha pasado su vida como un borracho, reconociendo su adicción como un 'vicio infeliz'. Esta frase encapsula la dualidad de su relación con el alcohol: una fuente de placer momentáneo y, al mismo tiempo, una causa de sufrimiento continuo. La búsqueda de 'otras copas' para alcanzar una 'gloria más feliz' sugiere un intento desesperado de encontrar consuelo y felicidad en el alcohol, aunque sea efímero.

En los siguientes versos, el narrador introduce una metáfora religiosa, mencionando a San Pedro y San Pablo. Aquí, el deseo de estos santos de ser 'colegas' del narrador puede interpretarse como una forma de justificar su comportamiento, casi como si buscara una bendición divina para su estilo de vida. Sin embargo, esta metáfora también puede reflejar una lucha interna entre el bien y el mal, con los santos representando la moralidad y el narrador su propia debilidad humana.

Finalmente, el narrador expresa un deseo peculiar para su entierro: que en lugar de tierra, le echen copas de vino y mezcal. Este deseo simboliza su completa entrega al alcohol, incluso en la muerte. La mención de llevar garrafones al cielo porque 'Dios allá no ha de tener' y la reflexión de que 'cantinas allá no ha de haber' subrayan su temor de un más allá sin el consuelo del alcohol. En conjunto, la canción es una triste meditación sobre la dependencia y la búsqueda de consuelo en el alcohol, con un tono de resignación y aceptación de su destino.