Sempre Balla

El Baile Eterno del Recuerdo: Un Viaje a Través de 'Sempre Balla' de Txarango

La canción 'Sempre Balla' de Txarango es una oda a la memoria y al poder del recuerdo. Desde el primer verso, 'Pot semblar que el món badalla', se nos presenta un mundo que parece adormecido, pero que en realidad está lleno de vida y movimiento. La noche, aunque aparentemente tranquila, es un espacio donde el corazón del narrador sigue bailando, rechazando la quietud de la 'vall dels adormits'. Esta metáfora del corazón que nunca se detiene sugiere una resistencia a la inactividad y una constante búsqueda de vitalidad y emoción.

A medida que avanza la canción, el narrador se sumerge en recuerdos de un amor pasado. 'Un record truca a la porta' y las 'notes apagades d'una vella cançó' traen de vuelta sensaciones que creía olvidadas. La evocación del 'cos' y la 'dansa el deliri de l'estança' nos transporta a momentos de intensa conexión emocional y física. La luz de la habitación y las 'fortes I més fortes batzegades' simbolizan la intensidad de estos recuerdos, que aún hoy hablan con el nombre de la persona amada.

El final de la canción nos lleva a un escenario más amplio, donde la gente regresa a sus casas y una 'vella senyora escombra el teatre dels malsons'. Este teatro de los sueños y pesadillas es un lugar donde se guardan los recuerdos de los años pasados, y las pocas ventanas encendidas en la ciudad simbolizan las llamas de la memoria que se niegan a apagarse. La noche lila y la resistencia a que llegue el mañana reflejan un deseo de aferrarse al pasado y a los momentos significativos que definen nuestra existencia.