Veneno

El Dilema del Veneno: Placer y Dolor en la Música de Andrés Calamaro

La canción 'Veneno' de Andrés Calamaro es una exploración profunda y cruda de la relación ambivalente con las sustancias adictivas. Desde el inicio, Calamaro nos introduce en un mundo donde el veneno, una metáfora para las drogas, es tanto una fuente de placer como de dolor. La letra refleja una dualidad constante: el veneno es descrito como algo que inicialmente trae euforia y una sensación de poder, pero que eventualmente conduce a la dependencia y al sufrimiento. Esta ambivalencia se manifiesta en frases como 'Veneno al principio eras tan bueno' y 'Gracias por el dolor, gracias por el placer', mostrando cómo las drogas pueden ser tanto una bendición como una maldición.

Calamaro también aborda el impacto social y personal del consumo de drogas. Habla de amigos 'envenenados' y de la alegría compartida en el 'buen malvivir', sugiriendo una comunidad unida por la adicción. Sin embargo, también menciona el arrepentimiento y el sufrimiento que vienen con el uso prolongado, así como los tratamientos y las pastillas necesarias para recuperarse. La canción no glorifica el uso de drogas, sino que presenta una visión honesta y desgarradora de sus efectos, tanto positivos como negativos. La referencia a 'Cristo que eligió su propio clavo' añade una dimensión espiritual y sacrificial, sugiriendo que el consumo de drogas es una forma de auto-crucifixión.

El estilo musical de Calamaro, conocido por su mezcla de rock, tango y otros géneros, se presta perfectamente a esta narrativa compleja. Su voz rasposa y emotiva añade una capa adicional de autenticidad a la canción, haciendo que el oyente sienta la lucha interna del artista. La repetición de 'Veneno, veneno' a lo largo de la canción actúa como un mantra, reforzando la idea de que la adicción es una constante en la vida del cantante. En última instancia, 'Veneno' es una reflexión sobre la fragilidad humana y la búsqueda de escape, un tema recurrente en la obra de Calamaro.