La solitude

La Soledad Ineludible en 'La Solitude' de Barbara

La canción 'La Solitude' de Barbara es una profunda reflexión sobre la soledad, personificada como una figura omnipresente y opresiva que sigue al narrador a todas partes. Desde el inicio, la soledad es descrita como una entidad que espera en la puerta, lista para acompañar al narrador en cada paso. Esta personificación de la soledad como una 'garce' (término despectivo en francés) que el diablo debería llevarse, subraya la aversión y el resentimiento hacia esta condición emocional.

La letra está cargada de imágenes vívidas y metáforas que describen cómo la soledad afecta al narrador. Con 'sa gueule de carême' y 'ses larges yeux cernés', la soledad se presenta como una figura triste y agotada, que drena la vitalidad y la alegría de quien la padece. La soledad no solo afecta emocionalmente, sino que también tiene un impacto físico, haciendo que las manos se vuelvan pálidas y las noches se llenen de desolación. La insistencia de la soledad, que incluso puede hacer que el invierno se sienta en pleno verano, resalta su inescapabilidad.

A pesar de la presencia abrumadora de la soledad, el narrador expresa un deseo vehemente de vivir y amar intensamente. Quiere 'rouler des hanches', 'se saouler de printemps' y experimentar noches en vela llenas de pasión. Este contraste entre el deseo de vivir plenamente y la realidad de la soledad crea una tensión emocional que es palpable a lo largo de la canción. La soledad, sin embargo, es implacable y sigue al narrador, recordándole constantemente la muerte de sus amores y la falsedad de las promesas pasadas. La canción concluye con la aceptación resignada de la soledad como una compañera constante, una sombra que no se puede eludir.