Les deux rengaines

El Vaivén de las Rengaines: Un Viaje Emocional con Édith Piaf

La canción 'Les deux rengaines' de Édith Piaf es una obra que encapsula la esencia de la vida y el amor a través de la metáfora de dos melodías o 'rengaines'. La letra nos presenta un refrán que vaga por la ciudad, sin hogar, y que parece perseguir a la narradora. Este refrán está compuesto por dos melodías que han mezclado sus penas: una que está llena de tristeza y otra que no tiene nada. Esta dualidad refleja la complejidad de las emociones humanas, donde la tristeza y la indiferencia pueden coexistir y entrelazarse.

La primera parte de la canción describe cómo este aire triste y sin piedad se convierte en una presencia constante en la vida de la narradora, comparándolo con su propio amor triste. La repetición de la melodía desde un sexto piso y la farándula de las mismas palabras que entran sin llamar simbolizan la inescapabilidad de ciertos sentimientos y recuerdos. Sin embargo, la canción toma un giro cuando la primera rengaine, la que estaba llena de tristeza, olvida sus penas y se transforma en una melodía menos triste, lo que sorprende al corazón de la narradora y lleva a su vecino pianista a convertirla en una 'java', un tipo de baile alegre.

La segunda parte de la canción introduce la segunda rengaine, que inicialmente no tenía nada, pero que un día hereda un poco de suerte y felicidad. Este cambio sugiere que la felicidad es posible y que puede surgir de la nada, con un poco de esfuerzo y trabajo. La narradora y su pianista rehacen la canción, transformándola en una melodía hermosa y maravillosa que hace que todos los pianos y fonógrafos bailen. La farándula de palabras ahora gira y vuela como un viento de verano, simbolizando la ligereza y la alegría que han reemplazado la tristeza inicial. La canción concluye con una nota de esperanza y belleza, reflejando un amor que ha encontrado su camino hacia la felicidad.

'Les deux rengaines' es una reflexión sobre la naturaleza cambiante de las emociones y la capacidad de la música para capturar y transformar esos sentimientos. A través de la metáfora de las dos melodías, Piaf nos lleva en un viaje emocional que va desde la tristeza y la indiferencia hasta la alegría y el amor, mostrando que, al final, la felicidad puede prevalecer.