Amore Mio

El Retrato del Amor en 'Amore Mio' de Enzo Malepasso

En 'Amore Mio', Enzo Malepasso nos lleva a un viaje emocional a través de la metáfora del dibujo para expresar la complejidad y la profundidad de sus sentimientos. La canción comienza con una confesión de incapacidad técnica: 'O non so disegnare, a scuola ero il peggiore' (No sé dibujar, en la escuela era el peor). Sin embargo, a pesar de esta limitación, el narrador se embarca en la tarea de crear un retrato de su amor, utilizando el cielo como lienzo y sus pensamientos como lápiz. Esta metáfora sugiere que el amor es una obra de arte en constante creación, una mezcla de realidad y fantasía que solo puede ser capturada en la mente y el corazón del amante.

El proceso de dibujo se convierte en una exploración de los sentimientos del narrador. Los ojos de su amada son comparados con estrellas, y su cabello oscuro refleja los días de soledad. Sin embargo, al final, el narrador se da cuenta de que su retrato es solo una falsificación, una representación imperfecta de la persona que ama. Este reconocimiento de la imperfección en la representación del amor subraya la idea de que el amor verdadero es demasiado complejo y profundo para ser capturado completamente en una imagen o palabras.

El estribillo de la canción, 'Amore mio, ho ancora il vizio di chiamarti amore mio' (Amor mío, todavía tengo el hábito de llamarte amor mío), revela la lucha interna del narrador entre el deseo de poseer y la necesidad de dejar ir. Aunque quiere llamar a su amada 'mío', se da cuenta de que el amor verdadero no puede ser poseído. En lugar de eso, espera pacientemente que su amor se convierta en 'amore nostro' (nuestro amor), un sentimiento compartido y mutuo. Esta transición de 'mío' a 'nuestro' encapsula la evolución del amor desde una posesión egoísta hacia una conexión genuina y recíproca.

Finalmente, la canción concluye con una nota de esperanza y dedicación. El narrador está dispuesto a tomar 'l’autobus dei sogni' (el autobús de los sueños) para ver a su amada todos los días, superando cualquier obstáculo para estar con ella. Esta imagen de un viaje constante y dedicado simboliza la naturaleza inquebrantable del amor verdadero, que no conoce fronteras ni finales.