Bruxa (part. ZéVitor)

El Misticismo y la Resiliencia en 'Bruxa' de k a m a i t a c h i

La canción 'Bruxa' de k a m a i t a c h i, con la colaboración de ZéVitor, es una oda al misticismo y a la conexión con la naturaleza y lo espiritual. Desde el inicio, la letra nos transporta a un paisaje invernal donde la naturaleza cobra vida a través de las aguas de la sierra, el canto de los pájaros y el vuelo de los colibríes. Este escenario natural se convierte en un telón de fondo para la aparición de dríades y elementales, figuras mitológicas que representan la conexión profunda entre el ser humano y el entorno natural. La mención de Eliphas Levi, Paracelso y John Dee, figuras históricas del ocultismo y la alquimia, refuerza esta atmósfera esotérica y mágica.

La canción también aborda la persecución histórica de aquellos que buscaban el conocimiento esotérico, como los maestros quemados por la Inquisición o envenenados por cicuta. Esta referencia a la brutalidad de la historia sirve como un recordatorio de la resistencia y la resiliencia de aquellos que se atrevieron a buscar la verdad más allá de los límites impuestos por la sociedad. La letra invita a respetar y honrar estos sacrificios, sugiriendo que el verdadero conocimiento requiere saber, querer, osar y callar.

El estribillo de la canción, que repite 'Nunca duvide do amor da bruxa' y 'Nunca duvide do poder da deusa', enfatiza la importancia de confiar en la sabiduría y el poder de lo femenino y lo místico. La bruja y la diosa se presentan como figuras de consuelo y guía, especialmente en tiempos de tormento y confusión. La canción concluye con una reflexión sobre la búsqueda de paz y la necesidad de abrazar lo místico para encontrar consuelo y fortaleza. En este sentido, 'Bruxa' es una celebración de la espiritualidad, la naturaleza y la resistencia frente a la adversidad, invitando al oyente a contemplar y respetar el poder de lo oculto y lo sagrado.