Aloha-Hoa-He (Sansibar)

El Paraíso Perdido de Sansibar: Un Viaje de Aventura y Nostalgia

La canción 'Aloha-Hoa-He (Sansibar)' de Achim Reichel nos transporta a un viaje marítimo lleno de aventuras y descubrimientos. Desde el inicio, el narrador nos cuenta que ha visto el mundo entero, desde Singapur hasta Aberdeen, pero destaca que el lugar más hermoso que ha visitado es Sansibar. Este lugar se presenta como un paraíso exótico y casi onírico, un refugio después de una ardua travesía de diez semanas en el mar, donde el trabajo duro y las condiciones difíciles eran la norma. La llegada a Sansibar se describe con una sensación de paz celestial y una imagen idílica de la naturaleza, con el sol en su punto más alto y una multitud de botes acercándose, llenos de hombres y mujeres cuyos cuerpos brillan bajo el sol.

La letra de la canción está impregnada de un sentimiento de asombro y maravilla. La escena de los botes que se acercan, con personas cantando una melodía familiar pero extraña, añade un toque de misterio y fascinación. Este canto, 'Aloa-Hea-Hea', se convierte en un estribillo que refuerza la atmósfera festiva y exótica del lugar. La interacción con los locales, que lanzan guirnaldas de flores y se ríen con el viento, sugiere una bienvenida cálida y una celebración espontánea, casi como si los marineros hubieran encontrado un Edén perdido.

La canción también tiene un toque de nostalgia y humor. El narrador recuerda haber visto el paraíso en 1910, mencionando detalles específicos como el timonel con marineros en el mástil y el pagador afectado por enfermedades venéreas, pero asegurando que, aparte de eso, estaban en buena salud. Estos detalles pintorescos y a veces crudos añaden una capa de realismo y humanidad a la historia, recordándonos que incluso en los lugares más hermosos, la vida sigue siendo compleja y llena de desafíos. En conjunto, 'Aloha-Hoa-He (Sansibar)' es una celebración de la aventura, la belleza exótica y la camaradería, envuelta en una nostalgia por tiempos pasados y lugares lejanos.