Tomorrow We'll See

La Realidad Cruda y Desgarradora de la Vida Nocturna en 'Tomorrow We'll See' de Sting

En 'Tomorrow We'll See', Sting nos sumerge en la vida de una trabajadora sexual que recorre las calles mojadas y oscuras de la ciudad. La canción comienza describiendo el ambiente sombrío y desolador, con luces que aún no han iluminado la escena y una sensación de desgaste y cansancio. La protagonista, con su falda corta y medias rotas, lucha contra el dolor físico de sus tacones nuevos mientras fuma su segundo paquete de cigarrillos. La noche es lenta, pero aún hay tiempo para encontrar clientes, como John, quien lleva una doble vida y se detiene para una transacción rápida. La protagonista ha aprendido a leer a los hombres como libros, y aunque la noche avanza, sabe que siempre habrá más oportunidades.

La letra profundiza en la rutina de la protagonista, quien se asegura de que los coches que se detienen no sean de la policía. Con una sonrisa y un guiño, negocia con los clientes, dejando claro que su corazón se romperá si no son generosos. La canción revela la lógica fría y calculada de su trabajo: ella tiene el tiempo y ellos el dinero. La protagonista defiende su elección de vida, afirmando que ser bonita es su único crimen y que no necesita perdón, solo está ganándose la vida. La repetición del estribillo 'No me juzgues' resuena como un grito de desesperación y dignidad, recordando al oyente que en otras circunstancias, cualquiera podría estar en su lugar.

La canción también aborda la violencia y el peligro inherentes a esta vida. Un amigo de la protagonista fue encontrado muerto, vestido de rojo por su propia sangre, sin familia ni hogar. La policía se lo llevó, pero alguien más ocupó su lugar al día siguiente. Este ciclo de violencia y reemplazo es una realidad brutal que la protagonista acepta con resignación. La canción concluye con una reflexión sobre la indiferencia de la sociedad hacia su identidad y su lucha por sobrevivir. La protagonista camina por las calles en busca de dinero, ofreciendo amor transaccional y rogando no ser dejada sola y triste. La promesa de un mañana incierto es lo único que la mantiene en pie, enfrentando cada noche con la esperanza de que el día siguiente traiga algo mejor.