The Worst Is Done

Reflexiones Post-Pandemia: La Nueva Realidad de Weyes Blood

La canción 'The Worst Is Done' de Weyes Blood es una reflexión profunda sobre el impacto emocional y social de un año tumultuoso, probablemente haciendo referencia a la pandemia de COVID-19. La letra comienza describiendo un año largo y extraño, donde todos han perdido algo que creían tener. Esta pérdida no solo es material, sino también emocional y social, reflejada en la frase 'We lost our voices'. La cantante se siente transformada por las circunstancias, indicando que es 'una chica diferente' en un 'mundo diferente'. La imagen de ser derribada y luego iluminar el cielo antes de tocar el suelo sugiere una lucha interna y una resiliencia que brilla incluso en los momentos más oscuros.

El estribillo 'They say the worst is done' actúa como un mantra de esperanza, aunque con un tono de escepticismo. La cantante cuestiona si realmente lo peor ha pasado, sugiriendo que la verdadera prueba está en lo que viene después. La mención de la familia y la soledad en 'la ciudad más solitaria del mundo' resalta la importancia de las conexiones humanas y el aislamiento que muchos han sentido. La frase 'No one coming by to see if you’re alive' subraya la desesperación y la necesidad de apoyo emocional durante tiempos difíciles.

A medida que la canción avanza, se explora la idea de 'hiper-aislamiento' y cómo la sociedad ha cambiado, volviéndose más introspectiva y menos conectada. La repetición de 'They say the worst is done' contrasta con la creencia de la cantante de que lo peor aún está por venir. La canción cierra con una nota de incertidumbre y vulnerabilidad, reflejando un sentimiento colectivo de estar 'cracked' o fracturados después de un período tan desafiante. Weyes Blood utiliza su estilo característico de folk y pop barroco para crear una atmósfera melancólica pero esperanzadora, invitando a los oyentes a reflexionar sobre su propia experiencia y resiliencia en tiempos de crisis.